Si alguien te deja, no llores, porque no te supo
querer.
Pero si, en una de esas, en tu mejilla sientes una
lagrima caer, déjala correr, esta es la prueba de
que tu si lo supiste querer.
Deja que el tiempo pase, deja que pase la
tempestad, que si el destino así lo quiere lo
volverás a encontrar.
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